Introducción
El pensamiento chino surge sin conexión con la India, por lo que tiene otros fundamentos. Mientras el pensamiento indio se convirtió en especulativo y buscando la realización humana mediante la interiorización, el pensamiento chino surgió de un contacto más espontáneo con la naturaleza y concibió al ser humano como parte del y en armonía con la naturaleza. La forma de realización humana pasaban por su preocupación en temas morales y políticos, debido a la gran influencia que tuvieron pensadores como Lao Tzu y Confucio (s. VI a.C.).
En esta parte, vamos a presentar los aspectos del término central del taoismo: el Tao. Nos hemos servido principalmente de la principal obra del Taoismo, el Tao Te Ching, escrita probablemente por Lao Tzu (s. VI a.C.). El Tao Te Ching contiene 81 poemas divididos generalmente en dos partes: el libro del Tao y el libro del Te. De ahí viene el nombre de la obra Tao Te Ching: El libro del Tao y su Virtud. El Tao es lo absoluto y el principio del universo, del cual depende todo para seguir su curso natural. Y una de las grandes aspiraciones es justamente comprender y realizar este Tao y vivir de la forma más natural y espontánea posible. Y eso es lo fundamental. Por eso el taoismo primitivo rechazó la artificialidad y convencionalidad de la sociedad, con sus reglas, instituciones y costumbres. Es decir, su actitud de unión con lo natural tenía consecuencias sociales.
Tao con y sin nombre
Insuperable comienzo para entender el Tao constituye el poema nª 1 del Tao Te Ching:
“El Tao llamado Tao
no es el Tao eterno.
El nombre que puede ser nombrado
no es el verdadero nombre.”
Estos primeros versos se refieren a la naturaleza no manifestada del Tao. Ese carácter innombrable, del nombre que no puede ser nombrado, es lo que lo hace incognoscible, tanto por los sentidos como por las palabras. La mente humana trabaja denominando y distinguiendo, determinando la realidad. Mas lo Absoluto no puede ser denominado, porque perdería tal condición. Por eso, si el Tao puede ser nombrado ya no sería el Tao eterno (Tao ch'an). El Tao eterno y sin nombre resulta muy semejante al Logos oculto de Heráclito, que es el mejor. Añade Lao Tzu:
“El principio del cielo y de la tierra
no tiene nombre.
Con nombre es la madre
de los diez mil seres.”
El “principio del Cielo y la Tierra” tiene dos sentidos: por un lado, fundamento del cosmos (Cielo y Tierra); por otro lado, unidad previa a toda distinción (Cielo y Tierra). Ese principio es sin nombre (wu ming). Pero así como hay un Logos oculto y otro que se manifiesta en Heráclito, también en Lao Tzu encontramos un Tao sin nombre (wu ming) y un Tao con nombre (yu ming). Con nombre es la madre de todas las cosas, del mundo diferenciado. Esta declaración metafísica requiere una viviencia, por lo que Lao Tzu señala dos caminos:
“Por eso, aquél que se libera de deseos
contempla la secreta perfección.
Aquél que se llena de deseos
contempla solamente sus fronteras.”
Los deseos no conducen al Tao eterno, porque los deseos se desenvuelven en el mundo de las cosas determinadas, en la apariencia de las diferencias, del logro y de la pérdida. Por eso, en el poema XIX aconseja reducir el “yo” y limitar los deseos. Menos deseos, menos apego, mayor vida natural. Termina el poema I, volviendo a referirse al Tao sin nombre y al Tao con nombre.
“Los dos nacieron juntos,
pero llevan distintos nombres.
Juntos, se llaman el misterio.
Misterio más profundo del misterio
y son la puerta de toda maravilla.”
Si el Tao con nombre surge del que no tiene nombre, ¿cómo nacieron juntos? Esto podría ser una razón para considerar que esta obra no fue compuesta por un solo autor. Sin embargo, desde la perspectiva del Tao eterno, sólo una es la realidad, por eso “nacieron juntos” y juntos deben ser comprendidos. Dicha unidad es justamente lo que denomina “misterio”.
Tao, no-ser (yu) y ser (wu)
El Tao no aparece como una divinidad en la obra de Lao Tzu sino un Principio Absoluto e Incondicionado, es invisible, inaudible e intangible. Pero es lo incondicionado lo que posibilita lo condicionado, la no-forma lo que posibilita la forma, lo no manifiesto que se expresa en lo manifiesto. Por eso se puede decir que en el Tao Te Ching podemos encontrar una evolución del universo, una cosmogonía. Veamos algunos puntos relacionados con este tema. Lo primero que debemos señalar es la dependencia metafísica del no-ser:
“Todas las cosas bajo el Cielo
provienen del ser (yu)
y el ser (yu) del no ser (wu).” (cap. 40)
Yu es el ser (being, Ch'u Chai), lo que es (what is, Blakney), la totalidad de las cosas existentes. Yu es otro nombre para referirse a la "madre de los diez mil seres" que aparece en el cap. 1. Es decir, el principio de la naturaleza (Cielo y Tierra) es el no ser, la madre es el ser. De manera similar lo encontramos expresado en el cap. 52:
“Todo lo que se encuentra bajo el cielo tiene un principio,
este principio es la madre del mundo.”
Wu es el estado indiferenciado de las cosas, del cual parece hablarnos en los tres primeros versos del cap. 25:
“Había una vez un ser nebuloso.
Nació antes que el Cielo y la Tierra.
Tranquilo y aislado, solitario y sin cambios.”
El poema continúa pero ahora el Tao llega a ser la madre, el surgimiento del ser:
“Girando perpetuamente, sin peligros,
como madre de todas las cosas.
Reconozco su nombre
y lo llamo Tao.
Para poder nombrarlo lo llamo grande.
Grande significa que está en movimiento.
En movimiento significa que tiene largo alcance,
y si va lejos vuelve al lugar de origen.”
En otras palabras, el Tao no manifestado, sin nombre, es inmutable. El Tao manifestado es movimiento. Lo que permite el paso de lo innombrable a lo nombrable es la fuerza cósmica, el movimiento, la energía, es decir, el te, la virtud y fuerza del Tao. Así lo expresa en el cap. 21:
“La gran fuerza activa (te) se manifiesta
siguiendo de cerca al Tao.
La naturaleza del Tao
es vaga e indistinta;
pero, aunque vaga e indistinta,
hay formas en su seno.”
Es el te lo que permite el paso de la no forma a la forma:
“Lo informal (p'o) al dispersarse produce
todas las formas.” (cap. 28)
P'o es "lo informal", la "naturaleza primordial" (O. Ferrero), "el bloque virginal" (Blakney), el "tronco no trozado" (Elorduy), la “madera no trabajada” (Robinet). Es la imagen para señalar el estado natural de las cosas, la simplicidad primaria, la naturaleza no tocada por la mano del hombre, opuesta a las costumbres artificiales de la civilización. Por eso en el cap. 19 recomienda:
“mirar lo sencillo y natural y abrazar el tronco no trozado.” (cap. 19)
Es el te lo que permite el despliegue del Tao y el retorno al mismo. El "no hacer" (wu wei) del hombre sería un "hacer" del te actividad que consiste en retornar al Tao (cap. 40), retornar a lo informal (cap. 28).
Algo que debemos precisar es que la evolución del universo no es un proceso temporal sino eterno, es la "creación eterna". Por ejemplo, en el cap. 1 luego de hablarnos Lao Tzu de los dos aspectos del Tao (innombrable y madre de los diez mil seres), nos había dicho:
Los dos nacieron juntos,
pero llevan distintos nombres.
Juntos se llaman el misterio. (cap. 1)
Y siguiendo la idea anterior, nos dice de modo similar en el cap. 2:
“Ser (yu) y no ser (wu) se engendran uno a otro.”
Léase con más atención ahora los cap. 21 y 25 donde no se puede encontrar una dualidad creada por el tiempo. Además, en el cap. 7 nos dice que el Cielo y la Tierra, es decir, el Universo, son eternos:
El cielo dura eternamente, la tierra permanece.
Eternos y permanentes porque no viven para sí mismos.
Por eso son eternos y duraderos.
Tao, lo Uno
Otra manera de explicar la evolución del universo la encontramos en el cap. 42:
“El Tao engendró la unidad. (tao sheng i)
La unidad engendró la dualidad.
La dualidad produjo la tríada.
La tríada dio vida a los diez mil seres.”
Este texto de naturaleza cosmogónica ha suscitado muchas interpretaciones. Béky dice al respecto de la unidad en el Tao Te Ching: "Lao Tse no explica terminantemente en parte alguna lo que es, en el fondo, lo "Uno". En general, los comentarios concuerdan en ver en lo Uno el Tao, puesto que ilumina la primacía del Tao en todo el libro." (Ibid. p. )
"El Tao engendró la unidad", puede ser interpretado como que el Tao se genera a sí mismo, semejante al cap. 25 donde se nos dice que el Tao tiene como ley su propia naturaleza. Otra interpretación es que el Tao se refiere al no-ser primordial, al tao sin nombre, el cual generó a la unidad, es decir, a la madre de los diez mil seres. Creo que ambas interpretaciones no son excluyentes, porque el tao es inmanente a todo proceso.
"La unidad engendró la dualidad. La dualidad produjo la tríada. La tríada dio vida a los diez mil seres". La dualidad es el Cielo y la Tierra, pero también podría referirse al yin y el yang. El Cielo (T'ien) y la Tierra (Ti) son expresiones comunes en el Tao Te Ching, en cambio yin y yang sólo aparecen en la obra una sola vez y es en el cap. 2, porque "El rol del yin-yang está en el tiempo de Lao Tse aún demasiado oscuro, demasiado rudimentariamente elaborado como para extraer de él mayores conclusiones" (Ibid. p. )
La Tríada es el Cielo, la Tierra y el hombre, mencionados en el cap. 25, donde nos dice que el hombre se conforma a la Tierra, la tierra se conforma al Cielo y el Cielo se conforma al Tao y éste se conforma a su propia naturaleza. Estos tres grandes dependen del Tao y generan los diez mil seres, es decir, todo lo que existe. Todo lo que dice no es simplemente una pluralidad sino se deben a la Unidad del Tao:
“Todo lo primordial alcanza la Unidad.
Alcanzada la unidad el cielo se aclara.
Alcanzada la unidad la tierra se hace firme.
Alcanzada la unidad de los espíritus se hacen poderosos.
Alcanzada la unidad el valle se llena.
Alcanzada la unidad los diez mil seres se vuelven reproductivos.
Alcanzada la unidad principes y reyes se vuelven señores del mundo.
Todos son lo que son por virtud de la unidad.” (cap. 39)
Tao y los opuestos
El Tao con nombre, aquel que se manifiesta, es un juego de opuestos. La segunda parte del cap. 42 se refiere al yin y al yang, términos clásicos que designan los opuestos complementarios:
“Los diez mil seres tienen el yin en sus espaldas,
llevan el yang entre sus brazos.
De la mezcla de sus alientos vitales (ch'i)
los dos reciben su vital armonía.”
La mentalidad china nunca concibió al yin-yang como dos opuestos excluyentes sino como fuerzas complementarias, interrelacionadas. Yin es la fuerza pasiva o negativa, yang la activa o positiva. Interrelación e interdependencia de opuestos:
“Ser y no ser se engendran uno a otro.
Lo difícil y lo fácil mutuamente se integran.
Ancho y angosto se forjan uno a otro.
Alto y bajo se corresponden uno a otro.
Voz y tono se armonizan uno a otro.” (cap. 2)
Armonía de opuestos al modo del filósofo Heráclito de Efeso. Según Ch'u Chai: "La evolución del universo, todos los cambios, todos los movimientos, son el pasaje del no-ser al ser, de la nada a algo. Pero aunque las cosas siempre son cambiantes y cambiables, las leyes que gobiernan al mundo son constantes" (Ibid. ps. 78-79). Y una de esas principales leyes del Tao es el movimiento del retorno (cap. 40). A la constancia de las leyes lo llamó Lao Tzu ch'an:
“Nacen las cosas innumerables,
pero las veo volver a su reposo.
Las cosas tienen desarrollo florecientes
y cada una retorna a su raíz.
Volver a la raíz es encontrar el descanso,
descanso que significa nuevo destino;
nuevo destino es durar constantemente;
conocer lo constante es la iluminación;
no conocer lo constante es caer en la ceguera y el desastre.
Quien conoce lo constante, todo lo abarca.” (cap. 16)
Ch'an es lo constante, lo eterno, lo permanente. Y quien permanece en el Tao eterno (Tao ch'an) perdura eternamente (ch'an). Posteriormente los taoístas interpretarán esto de forma literal buscando diversas formas para vivir muchos años.
"Naturalidad" (tzu-jan) y "no hacer" (wu wei)
En el Tao Te Ching podemos notar que hay una estrecha relación entre tzu-jan y wu wei, porque el fin de la "no acción" es la "espontaneidad", actuar con naturalidad. Dice Béky que "Wu wei nunca es fin por sí mismo. Es sólo un método para el fin propiamente dicho, "tzu-jan"."(Ibid. p. )
Dice Lao Tzu que los antiguos gobernantes eran grandes porque el pueblo sólo conocía su existencia, eran hombres de pocas palabras pero las obras eran realizadas y el pueblo decía (cap. 17):
"Estamos en armonía con nosotros mismos". (O. Ferrero)
"Lo hemos hecho con toda espontaneidad" (J.I. Preciado)
El "hacer no haciendo" (wei wu wei) del gobernante permite que todo se haga. Asimismo obra el Tao (cap. 37):
"El Tao constantemente no actúa, pero todo lo hace".
El Tao naturalemente presente en todos los seres. Por eso es que todos los seres reverencian al Tao:
"El Tao engendra,
la virtud (Te) alimenta,
la material da forma,
y así surgen los diversos seres.
Por eso los seres reverencian al Tao y honran a la virtud.
El Tao es reverenciado,
la virtud es honrada,
no por imposición jerárquica,
sino de manera espontánea" (Cap. 51)
Actuar con naturalidad, sin esfuerzo ni búsqueda de recompensa (wu wei) es lo que produce la espontaneidad (tzu-jan) que todo lo realiza. La espontaneidad del hombre es la espontaneidad del Tao, porque es su fundamento último. Por eso dice Lao Tzu (cap. 23):
“Aquél que habla poco, es natural (tzu-jan).”
Por todo lo anterior, podemos decir que la naturaleza, el universo en su conjunto, sigue su curso natural, obra espontáneamente. Seguir su curso natural es obrar según el wei wu wei, es decir, el universo mismo actúa no actuando, sigue su curso espontánea y naturalmente. Y el hombre debe obrar según ese modelo, conformarse al wei wu wei. "El sol brilla, el agua fluye, porque están en su naturaleza hacerlo así. Las plantas y los árboles crecen y mueren porque está en su naturaleza hacerlo así. Lao Tzu negó la existencia de un Ser Supremo que controlase el movimiento del universo. El sostuvo que el Cielo y la Tierra, significando al Ser Supremo, no tienen nada que hacer con el crecimiento y desarrollo de las cosas, porque todas las cosas vienen a ser a través de un curso natural". (Ch'u Chai. Ibid. p. 80)
Una de las cosas que puede confundirnos es lo que dice Ch'u Chai: "De hecho, el Tao no hizo ni pudo producir el universo. Cuando nosotros decimos que el Tao produce el universo, nosotros simplemente queremos decir que el universo se produce a sí mismo espontáneamente" (Ibid. p. 81). Pero eso no quiere decir que haya un dualismo primordial: Tao y el universo, sino que quiere decir que el Tao no es una divinidad que crea el universo y que la producción del universo no es un proceso temporal. El Tao manifestado es el universo que se produce a sí mismo. Pero ese Tao manifestado es uno con el Tao sin nombre y sin forma, por eso no son dos realidades diferentes.
Tao y Tzu-Jan (naturalidad)
Tzu-Jan (o zu-ran) es el término que encontramos en el Tao Te Ching para "naturalidad", "espontaneidad" (J. I. Preciado), "con naturalidad", "de sí mismo" (R.B. Blakney), "espontaneidad creadora" (G. Béky), "espontaneidad pura" (M. Granet), "por sí mismo" (Elorduy). El término Tzu-Jan viene de Tzu "sí mismo", y jan, sufijo adverbial "mente", como en inglés "ly". Según esto, tzu-jan es aquello que ocurre por sí mismo, sin presión exterior, es decir, espontáneamente, naturalmente. En este sentido, la naturaleza se genera a sí misma, es causa de sí misma. Esto lo podemos encontrar claramente en la última parte del cap. 25:
“El hombre se conforma a la tierra;
La tierra se conforma al Cielo;
El Cielo se conforma al Tao;
El Tao se conforma a su propia naturaleza (tzu-jan).”
De los cuatro grandes del mundo, sólo el Tao no tiene otro modelo (norma o patrón) que él mismo. "Su guía es su propia naturaleza, su esencia interior" (G. Béky. Die Welt des Tao. p. ). Mientras que el hombre, la Tierra y el Cielo tienen un modelo que seguir; constituyen la naturaleza generada por el Tao, tienen su origen en el Tao. Al respecto de este capítulo dice Ch'u Chai:"Con naturaleza quiere decir todo lo que sucede en el universo; es decir, la totalidad de la espontaneidad de las cosas -la absoluta libertad de la artificialidad. Así, cuando las cosas son dejadas para seguir su curso natural, ellas se mueven con perfección y armonía, porque ellos no obstruyen al Tao en su operación espontánea y natural como el primer principio del universo. Esto es conocido como el camino del wu wei (no hacer) o...el camino del wei wu wei (hacer todo sin hacer nada)" (Ch'u Chai. The Story of Chinese Philosophy. ps. 73-74).
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Que tal!, muchas gracias por esta valiosa información. Actualmente estoy investigando sobre el termino tzu-jan, naturalidad, y quisiera saber si seria tan amable de recomendarme algunas referencias a las cuales dirigirme, le agradeceria mucho su ayuda.
ResponderEliminarUn saludo desde México.
Gilberto
carrilloagu@hotmail.com