Como un segundo momento, no eliminando el anterior, surgen las manifestaciones monoteístas, las indagaciones sobre la existencia de un solo Dios. Este es un momento de tránsito para el advenimiento de monismo, que será la fuente del pensamiento filosófico indio.
Vishvakarman
El pensamiento védico gana abstracción y los dioses se van desprendiendo de los aspectos naturales hasta llegar a unificar a todos los dioses en un solo dios. Vishvakarman significa "el Hacedor de Todo", el Supremo Hacedor. Curiosamente, el himno empieza con la destrucción de los seres:
"Aquel rishi, nuestro padre,
que, al sacrificar a todos los seres,
tomó asiento en el sacrificio como hotar,
aquel, deseando con sus oraciones conseguir riquezas,
hizo desaparecer a los seres ya nacidos,
y penetró en los seres que después vinieron." (RV X.81.1)
En la segunda estrofa se pregunta por la forma como este Dios hizo el mundo:
"¿Cuál fue el punto de apoyo?
¿Cuál y cómo fue la materia primordial,
de donde, con su poder,
Vishvakarman, que todo lo ve,
hizo nacer a la tierra
que desplegó el cielo?"
Si había una materia primordial, entonces Vishvakarman es un modelador, no un creador. La misma idea básica nos dice en la tercera estrofa, donde con el movimiento creador da forma al mundo desde la materia primordial:
"Hacia todas partes están dirigidos sus ojos,
su rostro, sus manos y sus pies,
Dios único,
agitó el aire
con los brazos, con las plumas,
mientras creaba el cielo y la tierra."
Y en la cuarta estrofa, la pregunta por la “materia primordial” se transforma en la pregunta por la “madera”, el “árbol” a partir del cual se construyó el universo. Esto es interesante, dado que la palabra materia en griego viene de hyle, madera, árbol. Dice el sacerdote-poeta:
"¿Cuál fue la madera,
cuál fue el árbol,
con los cuales construyeron el cielo y la tierra?
Sabios, preguntaos en vuestra mente
en donde se apoyó
mientras sostenía los mundos."
El autor escribe como si estuviera cuestionando a sus interlocutores, como si los invitara a indagar sobre pregunta tan fundamental. En las tres restantes estrofas, el sabio pide a Vishvakarman que muestre sus formas y protección. Es la intención del himno utilizado en el sacrificio.
Hiranyagarbha
Himno al Ser Supremo, al Dios Supremo. Divinidad abstracta identificada con Brihaspati "Señor de la plegaria" y Prajapati "Señor de las criaturas". Hiranyagarbha suele traducirse como "el niño de oro", "el Germen de Oro, "el huevo de Oro". El Himno a Hiranyagabha "resulta fundamental en la doctrina cosmogónica de los Vedas" (Villar 1975, 277), pues presenta la creación del universo a partir de un Germen de oro que simboliza el universo no desarrollado.
De este modo se presenta el origen del cosmos (RV X.121.1, 7):
"Como Germen de Oro
surgió en el principio.
Apenas nació,
fue el único señor de lo existente.
Dio firmeza al cielo y a la tierra.
Cuando llegaron las Aguas poderosas
llevaron como germen en sí al universo,
y haciendo nacer al fuego,
entonces él surgió,
único,
espíritu de vida de los dioses."
Y en la novena estrofa invoca el poeta:
"¡Que no nos cause daño
aquel que creó el cielo y la tierra,
y las Aguas poderosas y espléndidas,
y cuya voluntad siempre se cumple!"
Y como es el dios origen de todo, no se conoce su nombre pero se sabe que sostiene todo lo existente:
"aquel que da la vida y da la fuerza,
cuyas órdenes acatan los seres y los dioses,
de quien son la sombra, la muerte y la inmortalidad."
(RV X.121.2)
"aquel que, por su grandeza,
es el único rey de los seres animados,
que duermen y respiran
el señor del hombre y del animal." (RV X.121.3)
"aquel a quien, por su grandeza,
todos dicen que le pertenecen
las montañas nevadas y el océano,
la corriente Rasa
y las regiones celestiales
que son como sus brazos." (RV X.121.4)
"aquel por quien la tierra y el cielo formidable
se mantienen firmes,
por quien el firmamento y la bóveda celeste
tienen consistencia,
y que en el éter mide el espacio." (RV X, 121.5)
"aquel hacia quien dirigieron sus miradas
las dos masas enfrentadas,
temblando de terror,
por su favor sostenidas,
aquel en quien el sol, surgiendo, resplandece." (RV X, 121.6)
El último párrafo, al parecer agregado posteriormente, nombra a ese dios y lo llama Prajapati:
"Oh Prajapati,
sólo tú abarcas todo lo creado.
¡Ojalá consigamos
lo que estamos deseando
aquello por lo cual te presentamos esta ofrenda!
¡Ojalá seamos poseedores de riqueza!" (RV X,121.10)
Bibliografía
TOLA, Fernando. Himnos del Rig Veda
Buenos Aires, Sudamericana, 1968.
VILLAR, Francisco. Himnos védicos.
Madrid, Editora Nacional, 1975.
domingo, 1 de febrero de 2009
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