Vamos a presentar a un conjunto de dioses que aparecen en el Rig Veda, los cuales pueden dar una visión general tanto del politeísmo como de las características semifilosóficas que ya van apareciendo en estos dioses. Antes de ello, es necesario presentar a Rta, el orden universal, marco cósmico sobre el cual se manifiestan los dioses.
Rta, el orden universal
Uno de los conceptos de importancia filosófica es Rta, el orden eterno e inmanente, ley cósmica y universal. Pero no sólo orden físico sino también moral. Es el antecedente al término Dharma (ley, orden, religión), concepto importante para el pensamiento hindú posterior. M. y J. Studley sostienen: “En el sentido védico rta indica la existencia de la ley inherente y fundamental de la naturaleza con el cual la verdad ‘rta’ es distinguido de lo falso ‘anrta’ (RV., X.124,5), para determinar que es uno de los deberes de Varuna. Pero el mismo himno también declara que “la regla está siempre cambiante”; así la interpretación de rta, como dharma, también está sujeto a cambio” (1986, 252). El Rig Veda (en adelante RV) no tiene ningún himno dedicado a Rta, pero sí referencias a este término cuando habla de los dioses. Por ejemplo:
"La ley eterna (Rta) tiene alimento que da fuerzas;
el pensamiento de la ley eterna suprime las transgresiones".
(RV IV. 23. 8)
"Del fervor encendido a su mayor altura
Nacieron la Ley Eterna y la Verdad". (RV X. 190. 1)
"Con reverencia declaro la ley, oh Agni,
Lo que es, viene por tu orden..." (RV IV. 5. 11)
"Los Maruts vienen de lejos, desde el lugar de Rta"
(RV IV. 21. 3)
"La Aurora sigue el sendero de Rta, el camino recto,
como si de antemano lo conociera. Ella nunca
traspasa las regiones. El sol sigue el sendero de
Rta" (RV I. 24. 8)
La función de Rta se asemeja al Logos heracliteano, el cual no siendo un Dios mantiene el orden natural y moral, sin que los dioses mismos puedan ir contra ese orden. “El sol sigue el sendero de Rta” se asemeja mucho al fragmento de Heráclito que sostiene que el sol no puede sobrepasar sus medidas sino sería castigado. Este concepto será posteriormente reemplazado por el de Dharma, pero nunca perderá sus dos expresiones, físico y moral.
Varuna
Varuna es uno de los dioses védicos más antiguos, cuyas características se asemejan al Avestan Ahura Mazda. Como dios del Cielo en su sentido primitivo, busca mantener el orden entre las esferas de la luz y la oscuridad. Dios que mantiene o custodia el Orden físico y moral, por ejemplo en el RV I, 25, que a continuación vamos a presentar. Al principio, el sacerdote-poeta reconoce los límites de la naturaleza humana en el cumplimiento de las leyes eternas y pide perdón por ello:
1. Aunque todos los días,
como humanos que somos,
violemos tus normas, oh Varuna,
2. no nos entregues
al golpe mortal de tu ira
ni al furor de tu terrible cólera.
3. Ojalá que con nuestros cantos, oh Varuna,
soltemos tu espíritu hacia la misericordia,
como un cochero suelta su caballo!
4. Como pájaros hacia su nido,
mis palabras conciliatorias alzan el vuelo,
deseando alcanzar mi felicidad.
5. ¿Cuándo llevaremos hacia la misericordia al dios Varuna,
adornado con la gloria de la soberanía
y cuya vista se extiende al infinito?
6. Esto poseen ambos en común:
llenos de cuidado, no son indiferentes
para el que los venera y cumple sus leyes.
Varuna, uno de los pocos dioses con cualidades morales, en el sentido que su función es mantener el orden. Por eso, hacia él se dirigen los que faltaban a ese orden pidiendo misericordia. Así, el Dios Varuna es mantenedor del orden, misericordioso y liberador. Sigamos con el texto, donde representan las facetas de omnisciente y soberano de todo cuanto existe:
7. Varuna conoce el camino de las aves,
que vuela por el cielo;
y soberano del océano,
conoce también el camino de la nave.
8. Mantenedor del Orden,
conoce los doce meses cargados de descendencia;
conoce al que nace además de ellos.
9. Conoce el camino
del vasto, elevado, poderoso viento;
y conoce a los que tienen su trono más arriba.
10. Varuna, el mantenedor del Orden,
ha tomado asiento en su morada,
sabio como para ejercer la universal soberanía.
11. Atento, contempla desde allí
las cosas maravillosas,
las que ya existen
y las que en el futuro han de existir.
La actitud del sacerdote va entre el temor al castigo, arrepentimiento, petición, alabanza hasta llegar a describir cualidades sobrenaturales del Dios. Pero dichas palabras no son gratuitas, el sacerdote invoca en el ritual a Varuna para obtener algo: larga vida, protección, en otros casos hasta salud.
12. ¡Ojalá que, todos los días,
el prudente hijo de Aditi
nos conceda buenos caminos
y prolongue nuestras vidas!
13. Varuna lleva su capa de oro
y se ha puesto su vestidura de gala.
A su alrededor se han sentado sus espías.
14. A este dios
no intentan hacerle daño los malvados
ni los que utilizan el engaño
ni los que son agresivos.
15. Ha conseguido para sí,
en todo su integridad,
el respeto de los hombres
y, en nuestros corazones, el de cada uno de nosotros.
16. Como vacas que van hacia los prados,
así parten mis oraciones, deseando encontrar a Varuna,
cuya vista se extiende al infinito.
17. Conversemos nuevamente
pues me han traído el dulce jugo
y, con gusto, como un hotar lo estás bebiendo.
18. ¡Ojalá que pueda ver
al que todos desean ver!
¡Ojalá vea su carro posado en tierra!
¡Ojalá mis cantos sean de su agrado!
19. Oh Varuna, escucha mi llamada,
concédeme hoy día tu misericordia.
Te he invocado
ansiando conseguir tu protección.
20. Oh dios sabio, tú gobiernas todo,
el cielo y la tierra.
Escúchame en tu camino.
21. Para que yo pueda vivir
suelta mis cadenas de arriba,
desata las de en medio,
desata las de abajo.
Indra
Sin duda, uno de los dioses más venerados de los indoarios fue Indra. Nos dice Liebert (1976, 107) que su significado es desconocido, sin embargo, a veces es comprendido como “fuerte”, poderoso”. Llamado en el Rig Veda “el toro”, pero también visto como un dios del clima y como un dios guerrero. Lleva como arma el rayo (vajra).
En los himnos es venerado como un dios con más poder que los demás, que dio firmeza a la tierra, que creó todo cuanto se mueve, que subyugó a los aborígenes, dios que bebe el soma, alabado como aquel que mató a la serpiente Vritra, como soberano.
“15. Indra, que en su brazo lleva el rayo,
es el rey del que camina
y del que descansa,
del animal doméstico
y del animal salvaje.
Como un rey,
domina sobre los pueblos;
sujeta todo,
como el aro los radios de la rueda.” (RV I, 32)
Sin embargo, este Dios es alabado por sus virtudes guerreras, expresión de las necesidades guerreras de los invasores indoarios:
“4. Oh Indra,
danos la riqueza esplendorosa, que rebosa fuerza,
la que procura el alimento,
la que tiene a su servicio hombres elocuentes,
la vencedora, la que consigue el premio,
la que se incrementa, la sumamente hábil,
la que destruye a los demonios,
y toma las ciudades,
la real y verdadera.
5. Danos la riqueza esplendorosa, que rebosa fuerza,
abundante en hombres, carros y caballos,
la ganancia que se cuenta por centenas, por millares,
la que acompaña alegre tropa,
la que tiene a su servicio hombres elocuentes.” (RV X, 47)
La Aurora (Usas)
La Aurora es una de las pocas diosas del panteón védico. Según Liebert la Aurora es hija de Dyaus y a veces mencionado como esposa de Surya (1976, 312). La diosa Aurora es presentada como una hermosa mujer joven que trae bienes, felicidad y alegría.
"Ha venido brillando
como una mujer joven" (RV VII.77.1)
"Ea, pues, que la Aurora viene como una joven
hermosa engendrando placeres,
avanza despertando a la gente provista de pie
pone en vuelo a las aves" (RV I.48.5)
"Como una joven ufana de su hermosura tú vas,
oh diosa, hacia el dios que te desea con ardor.
Joven sonriente, descubres tus senos brillando
en el oriente" (RV I.123.10)
Esta diosa es hija del Cielo (RV VII.77.6; IV.51.1; III.61.6) y a su vez es madre de los dioses (RV I.113.19). Al amanecer, la luz de la aurora trae la fuerza vital y pone en actividad a los seres, semejante al dios Sol:
"Incluso los pájaros alados, la especie de los bípedos,
la especie de los cuadrúpedos, oh (diosa) blanca,
oh Aurora, se ha puesto en marcha según tus
tiempos establecidos, desde los límites del cielo" (RV I.49.3).
"La diosa mirando todos los seres brilla a lo lejos,
afrontando la mirada.
Incitando a moverse a todo ser vivo, capta la voz
de todo hombre piadoso" (I.92.9).
"Al que yacía en el suelo en posición transversal
la poderosa (diosa) para marchar (lo ha despertado),
a la búsqueda del alimento, de la riqueza a
otro individuo,
a los que son de visión débil para ver de lejos.
La Aurora ha despertado a todos los seres" (I.113.5)
"Por tí los pájaros han levantado el vuelo desde
su nido y también los hombres que toman
alimento al amanecer" (I.124.12)
También esta diosa mantiene, nace, protege y está sometida al orden cósmico:
"Sin desvirtuar las leyes divinas, manifestándose
mediante los rayos solares, brilla" (I.92.12)
"Haciendo retroceder a los enemigos,
protegiendo el orden, hija del orden,
de abundantes favores, que pone en
movimiento la riqueza..." (I.113.12)
"La Aurora divina ha brillado a lo lejos continuamente
en el pasado; además hoy también ha brillado
la (diosa) poderosa;
además ha de brillar a lo largo de los días
venideros; sin envejecer, sin morir, avanza
según sus propias leyes" (I.113.13)
"La joven no infringe la institución de la ley
sagrada yendo día tras día a (su) cita" (I.123.9)
"Tú que sigues las huellas del orden, pon en
nosotros un poder más y más feliz" (I.123.13)
"Camina por el sendero del orden; como (una)
que sabe, no pierde su rumbo" (I.124.3)
"Antigua, oh diosa, (y) joven, generosa, tú avanzas
según las leyes, oh poderosa de todas
las cosas buenas" (III.61.1)
"realmente nacidas del orden" (IV.51.7)
"Las Auroras divinas se despiertan como una
multitud que tira de las vacas,
despertándose desde la sede del orden" (IV.51.8)
"protectora del orden" (IV.52.2)
"Camina por el sendero del orden con rectitud
como quien conoce; no hierra las direcciones (V.80.4)
Es también importante las referencias que los himnos hacen de la relación entre las diosas hermanas Aurora y Noche:
"Iluminando los bordes del cielo despertó.
A su hermana aleja" (I.92.11)
"Como la noche (fue) puesta en retirada
por impulso de Savitar,
ha dejado así el sitio a la Aurora.
"Con su luminoso ternero, resplandeciente,
radiante, ha llegado; la noche (le) ha
cedido sus asientos.
Parientes, inmortales, siguiendo el uno la misma
dirección del otro, el día y la noche
marchan trocándose los colores.
"El camino de las dos hermanas (es) común,
ilimitado; ese (camino) recorren la una y la
otra dependientes del dios.
Recíprocamente no se estorban, no se detienen,
benéficas, noche y Aurora, parientes,
de forma exterior diferente" (I.113.1-3)
"La una se va, la otra viene, las dos (mitades
del) día de formas opuestas, marchan juntas" (I.123.7)
"La hermana ha dejado sitio a su hermana mayor;
se aleja de ella como la que ha de ser vista de nuevo" (I.124.8)
"Llenándola, oh (diosa) resplandeciente, has
desvelado la oscuridad con tu luz" (IV.52.6)
"Ha apartado con su llegada a su hermana,
la Aurora.
Las Tinieblas se retiran" (X.127.3)
Y, por último, también la Aurora adquiere autosuficiencia:
"Anterior a todo el mundo ha aparecido" (I.123.2)
"idéntica a sí misma" (I.124.3)
"Oh Aurora, tú que miras de frente a todos los
seres, te yergues (como) luz de lo
inmortal" (III.61.3)
"(tú que) resplandeces por ti misma" (VI.64.4)
Agni
Uno de los importantes dioses asociados al culto védico es el fuego (agni), utilizado en las ceremonias de los sacerdotes. Tal es su importancia que es llamado "el supremo sacrificador" (RV II, 9), el "sacerdote" (I,1).
“Como celoso, brillante, benéfico entre los hombres,
como sacerdote modelo ha sido colocado en las tribus.” (I.60.4)
Este sacerdote se presenta como origen de los seres (I,96.2) y como habiendo tenido un nacimiento. Los himnos atribuyen diversos orígenes al fuego: del cielo, tierra, aguas, hasta de las plantas:
“En el ser femenino tendido en horizontal
han engendrado (los sacerdotes) a (este dios)
bien nacido; Agni es el recién nacido en
las plantas.” (RV II.10.3)
Y en otro texto de significado ritual señala el sacerdote que las diosas Noche y Aurora alimentan al fuego, ya que en ese tránsito es donde los brahmanes iniciaban el rito del fuego:
“Noche y Aurora, que se amortiguan recíprocamente
su apariencia, dan de mamar asociadas a su
único descendiente (Agni);
entre cielo y tierra brilla (como) como una joya
dorada; los dioses han hecho que Agni se
convierta en el dador de la riqueza.” (RV I.96.5)
También la observación mágica del fuego hace verlo de formas diferentes, nacido de dos madres (el Cielo y la Tierra):
“omnipresente a toda criatura, sabio, hijo de dos
madres, que te presentas de variadas maneras
al hombre.” (I.31.2)
En otro himno, como expresión de esas “variadas maneras”, Agni es asociado a diferentes animales: toro, caballo, ave, serpiente. El fuego por su movimiento es un animal:
Este (Agni), animal que vive en el agua,
animal que se mueve en el bosque,
se ha situado en la más alta piel;
él ha proclamado sus leyes a los mortales,
Agni conocedor, (dios) real que conoce el orden (RV.I.145.5)
Como vemos, Agni también está relacionado con el orden (rta) y es llamado, igual que a Varuna, el "poseedor del orden" (I.77.1). Y no sólo del orden físico, sino moral.
Agni es protector y padre del ser humano, por eso el hombre es pariente del fuego:
Tú, Agni, el protector, tú el padre eres para nosotros,
tú el que da la fuerza vital;
nosotros somos tus parientes (I.31.10)
Y no sólo de los hombres, sino que Agni también sostiene a todos los seres:
Yo a ti te celebraré, oh inmortal, alimentador de
todos los seres. (I.44.5)
Ahora y antes sede de las riquezas, asiento de
lo que ha nacido y de lo que nace/
guardián de lo que es y de lo que llega a ser
en abundancia...(I.96.7)
"centro de cuanto existe,
de lo que se mueve y de lo que es inmóvil" (RV X.5.3)
Y al ser elevado como fundamento del mundo, también surgieron ideas de autosubsistencia, origen de todo y de sí mismo. Dice el Rig Veda:
"A él en verdad los adoradores se aproximan,
a (Agni) que brilla por sí mismo" (I.36.7)
Y Agni se independiza de sus anteriores progenitores:
"el niño por su propia naturaleza ha dado a luz
(producido) a sus madres" (I.95.4)
"lleva en su seno el embrión del padre
que lo engendró" (III.1.10)
"Padre de los dioses y, sin embargo, su
hijo fuiste tú" (I.69.1)
Por lo tanto, el fuego es llamado
"Hijo de Ti mismo" (I.12.2)
Al respecto dice Juan Miguel de Mora: "No es una figura retórica, no se trata de una imagen poética, sino del resultado de la observación. Los rigvédicos sabían que el fuego a veces se autogenera, como en el caso del rayo que cae sobre algo y lo incendia" (Mora 1978, 35)
Agni, el fuego, es el supremo fundamento de todo, por eso el hombre recurre a él en el sacrificio:
"El apoyo del hombre se levanta
en la mansión del Supremo,
donde terminan los caminos,
en los fundamentos más profundos.
Lo inexistente y lo existente
están en el supremo cielo,
en la cuna de Daksha,
en el regazo de Aditi.
Agni es el que primero, para nosotros,
en el pasado, nació de la Verdad;
es el Toro,
es la Vaca" (RV X, 5.6-7)
Savitar
Savitar, a veces considerado el “generador”, por eso aparece como un aspecto de Surya. Por eso, es un dios celestial pero con atributos abstractos. "Tal vez el término savitar fue sólo un epíteto del sol, que expresaba el poder del astro, como fuente de vida y de actividad. Tiene estrechas relaciones con dicho astro, con el cual es muchas veces identificado, dando generalmente la impresión de ser un dios solar. Pero, paradójicamente, está conectado también con la tarde y la oscuridad de la noche. Es algo así como el dios del movimiento del cielo, con su alternancia de noches y días, pero asimilado al mismo tiempo al sol y revestido de sus atributos." (Tola 1968, 49)
Savitar aparece como un dios que estimula a la acción de los seres vivos:
"El dios Savitar nos ha incitado,
a bípedos y cuadrúpedos,
a ir ahora a nuestros quehaceres" (RV I.124.1)
Pero también incita al movimiento de los procesos celestiales:
"Como la noche (fue) puesta en retirada
por el impulso de Savitar,
ha dejado así el sitio a la Aurora" (RV I.113.1)
"Por órdenes de Savitar ha llegado la noche
...
Savitar se ha erguido, desplegándose
ha separado con fuerza los períodos del día" (RV II.38.4)
El camino de las dos hermanas (es) común, ilimitado;
ese (camino) recorren la una y la otra
dependientes del dios (Savitar) (RV I.113.3)
Por lo tanto es un dios que abarca todo lo que existe:
"El dios Savitar viene en su carro de oro,
contemplando a todos los seres" (RV I.35.2)
Y sostiene a los seres:
"Siempre los seres y los mundos
han reposado en el regazo
del divino Savitar" (RV I.35.5)
Y hasta la inmortalidad pertenece a Savitar:
"Como el carro en su eje,
las cosas inmortales reposan en Savitar" (RV I.35.6)
Savitar permite que todo siga su curso y lo hace contemplando el universo:
"Águila de profunda inspiración,
espíritu de vida, guía bueno,
ha contemplado los espacios' (RV I.35.7)
"Ha contemplado las ocho cumbres de la Tierra,
los tres desiertos sobre muchas millas
y los Siete Ríos" (RV I.35.8)
El poeta termina invocando la protección del dios Savitar:
Oh Savitar, oh dios,
protégenos e intercede por nosotros,
mientras recorres tus antiguos caminos,
que se extienden en el espacio,
firmemente construidos,
sin polvo y sin lodo,
suaves de recorrer. (RV I.35.11)
El Cielo (Dyaus) y la Tierra (Prthivi)
Dioses que generalmente aparecen en pareja, donde el primero aparece como “padre cielo” (Dyauspita) y la segunda como “madre tierra” (Prthivimata). Uno de los himnos dedicados a estos dioses es el RV VI,70:
"El Cielo y la Tierra,
que a todos los seres dan realce,
vastos y sin límites
...
por ley y orden de Varuna
permanecen separados y firmemente establecidos,
fecundos, sin envejecer jamás." (RV VI, 70.1)
El Cielo y la Tierra, como poseedores del orden (RV I, 160.1), dioses que gobiernan el mundo y son buenos para el hombre:
"Ambos, el Cielo y la Tierra, gobiernan este mundo,
beneficiosos para el hombre" (RV VI, 70.2)
Pero además, origen de los seres:
"De vosotros fluyen
seres y cosas de infinitas formas
sometidos a las mismas uniformes leyes" (RV VI, 70.3)
Dioses que sostienen a hombres y dioses:
"dando a los dioses poder y sacrificios,
y a nosotros,
la gloria, el premio y el vigor viril" (RV VI, 70.5)
Los sabios llaman a estos dioses padre y madre.
"Ojalá que el Cielo y que la Tierra,
que son nuestro padre y nuestra madre,
que todo lo saben
y realizan sólo lo que es bueno,
hagan fluir para nosotros
el alimento en abundancia!
que los dos Mundos,
liberales y benevolentes para todos,
nos den el premio, la ganancia, la riqueza!." (RV VI, 70.6)
"Honrad sobre todo a los dos padres primogénitos
mediante himnos más nuevos en la sede del orden" (RV VII, 53.2)
Y como padre y madre, ellos
"velan sobre los seres" (RV I, 160.2)
El Sol (Surya)
Surya, el dios sol, otro de los dioses celestes, "es una divinidad de orden secundario en el Rig Veda. Sólo le están consagrados diez himnos. El elemento naturalista tiene gran importancia en él, ya que su forma, diariamente visible, impide su completa antropomorfización y mitologización (Tola 1968, 211). Este dios es un dios celeste, por eso es llamado "hijo del cielo" (X, 37.1).
El Sol ilumina a todos los seres:
"El Sol que resplandece sobre todo,
que resplandece poderosamente,
se ha extendido ampliamente para que se le vea,
fuerza dominante, fuerza inquebrantable" (X, 170.3)
El Sol sigue un camino que no puede violar, en medio del Cielo y la Tierra:
"El dios Sol, pero, avanza según el orden entre
los dos dioses (que son sus) envolturas,
diosas de buen engendramiento" (I, 160.1)
Al iluminar, el Sol hace que todo entre en actividad:
"responsable de toda acción,
poseedor de toda actividad"(X, 170.4)
"con aquella luz,
con que a los seres pones en actividad"(X, 37.4)
"Cuando has surgido,
tú velas por la actividad de todo;"(X, 37.5)
"Por orden tuya,
todos los seres entran en actividad,
y durante la noche reposan"(X, 37.9)
El Sol (Surya) motiva a la actividad, al movimiento, pero él no depende de otro para moverse:
"sin irritarte jamás,
surges por tu propio impulso"(X, 37.5)
Y el hecho de surgir día tras día (X.37.9), siempre con luz y energía, hace que el poeta védico haya escrito, al igual que Heráclito:
"Nacido de nuevo, es nuevo
y nuevo para siempre"(X, 85.19)
Las Aguas
Las diosas Aguas limpian y purifican física y moralmente. Dicha purificación religiosa tiene continuidad aún hoy en la vida religiosa hindú.
Aguas que son madres (X, 9.2) porque
"nos engendráis a nosotros, oh aguas"(X, 9.3)
Y como a una madre se le pide bienestar, pureza y limpieza:
"Alejad de mí, oh aguas, cualquier mal
que se encuentre en mí,
y todo lo malo que yo he cometido,
y todo lo que yo he jurado en falso"(X, 9.8)
Bibliografía
MORA, Juan Miguel de. La dialéctica del Rig Veda.
México, Diana, 1978.
TOLA, Fernando. Himnos del Rig Veda
Buenos Aires, Sudamericana, 1968.
VILLAR, Francisco. Himnos védicos.Madrid, Editora Nacional, 1975.
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