martes, 3 de febrero de 2009

El monismo en el Rig Veda

El proceso interno que siguió el pensamiento rigvédico fue el siguiente: al principio los dioses cumplen las mismas funciones y tienen los mismos atributos, por que los sacerdotes-poetas no tuvieron problemas en sospechar que estaban alabando a un solo dios, surgiendo así el monoteísmo. Pero el espíritu indio insatisfecho vio los límites de darle un nombre y atributos humanos, por lo que simplemente lo denominó lo uno, sembrando la semilla del monismo indio, una de las perspectivas más importantes en el pensamiento filosófico Indio. Formulas monistas por ejemplo expresadas así:

"el Uno al que los sabios contemplan en formas diversas"
(RV X,114, 5).

"el sabio da diversos nombres a lo que es Uno,
Agni, Yama, Matarsvan" (RV I, 164, 46).

Uno de los himnos más representativos de esta perspectiva es el Himno de la Creación (X.129). Es uno de los himnos con los que culmina la especulación cosmogónica de los poetas védicos, germen del pensamiento posterior.

Este himno representa un logro del pensamiento humano, ya que se eleva como un águila hacia nociones filosóficas, sin dejar de lado la duda filosófica, demostrando así un espíritu profundamente preocupado por encontrar el origen y el principio de todo. Sin duda, el autor ha tenido un espíritu libre para buscar una respuesta a su inquietud existencial. En la primera estrofa encontramos que el poeta nos dice:

"Entonces el no ser no existía
ni tampoco existía el ser. No existía el espacio etéreo
ni, más allá, la bóveda celeste.
¿Había algo que se agitase?
¿Dónde?
¿Bajo la protección de quién?
¿Existía el agua,
ese profundo, insondable abismo?"

En el comienzo no existía el ser ni el no ser: esa es la afirmación general que subsiste en toda la estrofa como en todo el himno. Indudablemente nos enfrentamos a una concepción diferente de la griega y al judeo-cristiana: en el comienzo no existía el ser ni el no ser. ¿Cómo podemos entender esta afirmación? Si no existía el ser, debía existir el no ser. Si no existía el no ser, debía existir el ser. Estas posiciones opuestas no las asume el autor del himno. El poeta parte de una idea: no podemos saber nada sobre el origen de todo lo que existía en un comienzo. Semejante a Pascal, el principio nos es desconocido (aunque Pascal agregaba que también el fin nos es desconocido).

El sentimiento de finitud ya fue experimentado por el poeta védico. Somos seres finitos y por ello no podemos alcanzar la verdad del profundo misterio del comienzo. Términos como ser y no ser son sólo dualidades, que no pueden explicar el comienzo. El hombre y la creación se mueven en dualidades.

Esta afirmación general, que en el principio no existía el ser ni el no ser, es desarrollada mediante afirmaciones de menor alcance con afirmaciones sobre realidades: no existía el espacio, ni el cielo, ni el agua. Tampoco existía la muerte ni la inmortalidad nos dice en la segunda estrofa:

"No existía la muerte
ni existía lo inmortal,
ni signo distintivo de la noche y del día.
Sólo el Uno respiraba,
sin aire, por su propia fuerza.
Aparte de él
no existía cosa alguna."

Si no existían los opuestos, la dualidad, entonces existía el Uno, que no es el ser ni el no ser. Esta es la semilla del monismo de muchas filosofías indias posteriores. La existencia de lo Uno en el comienzo es una afirmación que el propio autor pondrá en duda. Ese Uno "respiraba sin aire", es decir, existía por sí mismo, no necesitaba de otro ya que "no existía cosa alguna". Pero, en la tercera estrofa nos dice:

"En el comienzo sólo existía
tiniebla envuelta en tiniebla.
Todo era agua indiferenciada.
Principio de devenir
rodeado por el vacío,
el Uno surgió
por el poder de su propio ardor interno."

Tenemos que luego de las negaciones que nos había expuesto, nos presenta ahora declaraciones positivas, es decir, de la existencia de algo concreto:"tiniebla envuelta en tiniebla" y "agua indiferenciada". Pero, ¿no nos había dicho que aparte del Uno no existía cosa alguna? Sí, pero el Uno es una noción general para señalar lo indiferenciado del comienzo, mientras que ahora nos habla de lo que estaba indiferenciado. A lo mejor habría que entender que esos términos se refieren al Uno. Ese Uno no necesita otra cosa para existir, surge de él mismo, de su ardor (tapas). Así, ese Uno es el principio del devenir. Pero, lo curioso es que ese Uno también surge, a lo mejor esa débil explicación lo llevará a la duda. En la cuarta estrofa leemos:

"En el comienzo
brotó en él el deseo,
que fue el primer semen de la mente.
Buscando en sus corazones,
gracias a su sabiduría,
los sabios encontraron
el vínculo que une al ser con el no ser."

De ese Uno, que surgió de su propio ardor o energía, también surge en él el deseo (kama), la voluntad de crear. Eso hace posible la creación. Luego nos dice que poeta que los sabios, gracias a su sabiduría, encuentran en su ser íntimo (en sus corazones) el vínculo que une al ser con el no ser, a lo Uno. Esta idea, que lo Uno (lo trascendente) puede encontrarse en uno mismo por medio de la meditación, perdurará en toda la filosofía india. Dejando la quinta estrofa, (que es incomprensible según Tola), en la sexta y séptima estrofa se presenta la duda filosófica de manera más viva:

"-¿Quién sabe la verdad?
¿Quién puede decirnos
de dónde nació, de dónde esta creación?
Los dioses nacieron después
y gracias a la creación del universo.
¿Quién puede, pues, saber
de dónde surgió?

-Aquel, que en el cielo supremo es su guardián,
sólo aquel sabe
de donde surgió esta creación,
ya sea que é la hizo, ya sea que no
-o tal vez ni él lo sabe."

Tenemos, pues, la duda existencial en su mayor expresión: nadie sabe la verdad sobre el origen del universo, ni hombres ni dioses, ya que son posteriores a la creación y por lo tanto lo ignoran.

Ante la duda de la sexta estrofa, vuelve a tener la esperanza que a lo mejor un Dios Supremo, guardián de los cielos sobre la verdad del origen del universo. Pero, no satisfecho con su respuesta, por sentir su finitud, la duda lo vuelve a asaltar: "o tal vez ni él lo sabe".

Vemos que este himno representa el esfuerzo intelectual que el hombre hace para explicar el origen del universo, de todo lo existente. También este homno refleja el conflicto de su autor, su impotencia, su libertad, lo que hace al himno algo oscuro. El autor rompe con su propia explicación, no es dogmático, reconoce que no podemos conocer el origen de todo lo que existe, por eso termina con la incertidumbre. No podemos descubrir el secreto, la verdad última de las cosas, y a lo mejor ni el Dios Supremo lo conoce.

Explícitamente, el ser es tratado como un opuesto (con el no ser), pero el ser entendido como las cosas existentes que es parte de la creación. Pero, el Uno podemos interpretarlo como el Ser, ya que él (cuando el autor del himno llega a afirmar) está en el comienzo y de su deseo surgen las cosas, pero el Uno como lo indiferenciado. El Uno es el Ser, como principio de todas las cosas, pero no opuesto al no ser, ya que en él ser (como las cosas existentes) y no ser alcanzan unidad.

Bibliografía
TOLA, Fernando. Himnos del Rig Veda
Buenos Aires, Sudamericana, 1968.
VILLAR, Francisco. Himnos védicos.Madrid, Editora Nacional, 1975.

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