sábado, 31 de enero de 2009

El problema de la existencia de la filosofía oriental

No es extraño que en este nuevo siglo sigamos preguntando sobre el término “filosofía oriental”, no porque asumamos la creencia de que no hubo, sino porque es una condición natural de la filosofía el cuestionar lo aparentemente no problemático. Es desde la Europa moderna –que recién empieza a conocer los textos orientales- que se comienzan a preocupar sobre la existencia o no de filosofía en Oriente. La respuesta inicial es que no, una tradición que va desde Hegel hasta Heidegger. Sin embargo, es en el siglo XX que otros intelectuales comienzan a sostener que sí hubo filosofía en Oriente. Vamos a presentar las razones de ambas posiciones y luego llegar a una conclusión que oriente nuestro trabajo.

Hegel y las condiciones modernas del filosofar
El pensamiento y la vida moderna hacen posible un nuevo ideal: la libertad. Hegel, pensador del silgo XIX, utiliza ese criterio moderno como “condición inicial” de la filosofía. En su Lecciones sobre la historia de la filosofía sostiene que la “conciencia de la libertad” es el principio básico de la filosofía, la cual debe estar acompañada por la libertad política:

“Por razón de esta conexión general de la libertad política con la libertad de pensamiento, la filosofía sólo aparece en la historia allí donde y en la medida en que se crean constituciones libres.” (Hegel 1977, 92)

Si nos percatamos del argumento de Hegel, éste tiene dos errores. El primero es su anacronismo, es decir, utilizar un criterio de su época y medir a sus antecesores con ese criterio. Dudo mucho que toda la filosofía occidental pre-moderna pueda ser entendida como un “pensamiento del pensamiento”. El otro error es poner como condición práctica de la filosofía la “libertad política”, de ser así la filosofía griega habría empezado no con Tales de Mileto sino con la democracia ateniense, descartándose así a casi todos los pre-socráticos. Aun más, implicaría que no hubo filosofía en la edad media, porque no existía esa condición práctica.

¿Qué hubo en Oriente si no hubo filosofía? El mundo oriental se quedó en la “fase de la unidad del espíritu con la naturaleza”, que “no es el estado verdadero y perfecto”. Estas últimas expresiones de Hegel ya son valorativas, encierran una clásica actitud eurocéntrica. Dice el filósofo alemán:

“...la finitud de la voluntad es el carácter propio y específico de los orientales, en quienes la voluntad no ha llegado aún a concebirse a sí misma como general, pues el pensamiento no es aún libre por sí mismo.” (Hegel 1977, 93)

La voluntad está unida a lo finito, libertad negada en el plano político porque solo existían relaciones entre siervo y señor. Sin embargo, luego de haber afirmado que el oriental se quedó en la fase de unidad con la naturaleza, nos dice:

“La conciencia oriental se eleva evidentemente a lo infinito por encima del contenido natural, pero contra el poder al que el individuo teme se considera solamente como algo accidental.” (Hegel 1977, 93)

Reconoce pues que el oriental puede “elevarse al infinito”, lo cual ya quiere decir que puede trascender su finitud, pero eso no es suficiente para Hegel porque no existe la condición política, por ello lo que hace el oriental sería algo así como una huida. Otra vez, errada e injusta apreciación de quien quiso que toda la filosofía termine en él mismo. ¿Necesitaron libertad política Heráclito, los estoicos, San Agustín, Boecio, Santo Tomás, Cusa y Bruno para que naciera en ellos su impulso a la filosofía? Nadie duda que la libertad política puede permitir un mejor desenvolvimiento de la filosofía, pero ella no es condición necesaria para su surgimiento. Y atrevidamente concluye:

“Consecuencia de ello es que aquí no pueda abrirse paso un verdadero conocimiento filosófico. Para ello, es necesario llegar a conocer la sustancia, lo general absoluto...Por eso hay que excluir de la historia de la filosofía lo oriental...La verdadera filosofía comienza en Occidente. Es aquí donde aparece por primera vez esa libertad de la conciencia de sí mismo que hace pasar a segundo plano la conciencia natural y da vuelo al espíritu.” (Hegel 1977, 95)

Extrañas opiniones sobre Oriente cuando la India se caracterizó por descubrir desde antaño un principio absoluto identificado con el principio individual: Atman, a partir del cual la filosofía india elevó vuelo hacia terrenos metafísicos como en la filosofía de Shankara. No cabe duda que los escasos estudios orientales de la época de Hegel no le permitieron conocer mejor el pensamiento oriental y distinguirlo de lo que tiene de pensamiento mítico y religioso. Y aun ahí, en el mismo occidente encontramos a Aristóteles diciendo que el filósofo es amigo de los mitos y los filósofos medievales no necesitaron negar su fe para hacer filosofía.

Heidegger y la filosofía griega
Uno de los pensadores contemporáneos que ha delimitado la filosofía al campo Occidental ha sido Martín Heidegger. En su conferencia “¿Qué es esto, la filosofía?” ha sostenido que la filosofía es en esencia griega:

“Porque la “filosofía” en su esencia es griega –y griego significa aquí: la filosofía es en el origen de su esencia de una especie tal que ella ha reivindicado en primer lugar a Grecia y sólo a Grecia para desenvolverse.” (Heidegger 1958, 22-23)

Grecia ha sido el pueblo que la diosa filosofía ha elegido para manifestar su palabra. Aunque esto no es muy convincente, Heidegger tiene otros argumentos:

“La frase: la filosofía es griega en su esencia, no quiere decir otra cosa que: el Occidente y Europa, y sólo ellos, son originalmente “filosóficos” en lo más interno de su evolución histórica.” (Heidegger 1958, 23-24)

De origen griego, ha llegado a extenderse por toda Europa y Occidente. Curiosamente Heidegger dice: “y sólo ellos”. Pero, ¿por qué ligar a los griegos con todos los europeos y occidentales sólo porque han estados mediados por el cristianismo?, ¿cómo se pasa de los griegos a Occidente?, ¿dónde quedaron los musulmanes que conocieron y se nutrieron de la filosofía y ciencia griegas antes que los europeos medievales?, ¿habrá que descartarlos porque ellos no sufrieron la mediación cristiana? Y si la filosofía es griega en su origen, habría que pensar que sus semillas culturales quedaron hasta donde llegaron los griegos, las cuales pudieron haber dado inicio a la filosofía en otros lugares, como por ejemplo, el norte de la India.

Heidegger diría “sólo ellos” porque sólo ellos han construido una tradición, que él caracteriza como “especie única y peculiar”, además de unívoca. La filosofía es pues una tradición que se inicia en Grecia pero que hoy caracteriza a Occidente. Tradición que tiene un estilo de preguntar griego “¿qué es esto...?”. Tradición de pensadores y temas recurrentes. Esto lleva a decir más adelante a este pensador alemán:

“¿Cuándo filosofamos? Evidentemente sólo cuando entramos en diálogo con los filósofos, lo cual implica discutir con ellos acerca de lo que ellos hablan.” (M. Heidegger 1958, 42)

De ese modo se establece un dialogo con los pensadores. Pero ninguno de estos argumentos nos puede llevar a sostener que la filosofía es exclusivamente griega. Si es una tradición, existen otras tradiciones como la religiosa que existen en todos los pueblos, con la diferencia del contenido. Una tradición religiosa no anula las otras religiones como tales. De lo contrario sería sostener la idea de la única religión verdadera. Lo mismo en filosofía, que si bien es una tradición, que en el caso occidental tiene su origen en Grecia, eso no puede llevarnos a decir que no existe filosofía en otra cultura.

Más aún, en el Prólogo que hace Heidegger, llegó a escribir:

“La filosofía es un modo eminente del decir: el decir del pensar. Pero pensar es el rasgo eminente en la esencia del hombre.” (Heidegger 1958, 23-24)

Si el pensar filosófico es un “rasgo eminente en la esencia del hombre”, ¿por qué limitarlo a lo griego y occidental? Sería como decir que sólo los occidentales piensan, lo cual sería un absurdo. El camino griego emprendido para responder a la pregunta por lo que es la filosofía sólo nos lleva a comprender la tradición filosófica occidental, pero no niega la posibilidad de la filosofía en otras culturas.

La reivindicación de la filosofía oriental
¿Por qué insistir en la denominación de “filosofía oriental”, cuando quizá no convenga llamarla así? Tomemos el ejemplo de la palabra “religión”. Si bien es cierto que la palabra religión es un invento latino, ella nos sirve para denominar a la relación del hombre con lo sagrado, que van desde la religiosidad primitiva hasta los grupos religiosos actuales. Sería absurdo decir que la religión solo es el cristianismo. ¿Algo así podemos hacer en filosofía? En filosofía existe un dato adicional a diferencia de la religión. No cabe duda que en ningún pueblo ha dejado de haber manifestaciones religiosas, aunque hoy quizá puede no haberlas. En cambio, es dudoso afirmar que hubo filosofía en todos los pueblos de la antigüedad. Esto nos llevaría a la pregunta: ¿qué permitiría a un pueblo desarrollar la filosofía?, ¿el pensamiento abstracto y racional?, ¿o habría que sostener que hubo filosofía en todos los pueblos pero de una manera no griega?, ¿quizá por las inevitables preguntas que se plantearon? Esto nos trae todo un grupo de nuevas interrogantes.

Lo que queremos presentar ahora son las reflexiones de la indóloga Carmen Dragonetti con respecto a la filosofía de la India, que podemos extender a China. Según esta filósofa, para negar que hubo filosofía en la India, es necesario dos prerrequisitos imprescindibles: la definición rigurosa de lo que es filosofía y conocimiento amplio y profundo de las concepciones indias. Con respecto a lo primero, si hacemos una definición rigurosa de lo que es filosofía, antes de aplicarlo al pensamiento indio, debemos aplicarla a la misma filosofía occidental, de ese modo ver que tan justo es con todas las tendencias y tradiciones filosóficas. Con respecto al segundo requisito, nos puede permitir aplicar el primer requisito y discernir en el pensamiento indio qué hay de filosofía y qué de religión.

Lo que impide atribuir filosofía en la india es un cierto “sentimiento exclusivista” o “provincionalismo intelectual” que nos lleva a pensar que si hubiese existido filosofía en otros lugares, los logros de la cultura occidental se desvalorizarían. Y añade:

“Nosotros pensamos que efectivamente muchas concepciones indias no son filosofía, de la misma manera como muchas concepciones occidentales tampoco lo son, pero creemos también que muchas otras concepciones indias sí lo son.” (Dragonetti 1983, 67)

Dos son las razones que le han llevado a sostener esto. Por un lado existe hoy un “consenso académico” tanto de Oriente como de Occidente de hablar de “filosofía de la India” sin titubeos. Y hasta aparecen capítulos de filosofía india en historias de la filosofía (E. Bréhier) y diccionarios de filosofía (Ferrater Mora). La otra razón que alega es el conocimiento personal que ha tenido de teorías y textos de la india. Pone ejemplos como:

La teoría de los dharmas o factores de existencia del budismo;
La lógica y la teoría del conocimiento de los nyayas;
La existencia del átomo en los vaisheshikas;
La teoría de la condicionalidad universal de Nagarjuna;
La irrealidad del mundo exterior de Vasubandhu; etc.

Dice nuestra autora:

“Creemos que hay que considerar que estamos frente a especulaciones filosóficas y tratados de filosofía, sin entrar a definir rigurosamente lo que es la filosofía, por el simple hecho de que especulaciones y tratados similares son considerados como tales en Occidente...por las similitudes que hay entre ellas y lo que en Occidente se considera tradicionalmente “filosofía”.” (Dragonetti 1983, 69)

Una idea errada y frecuente es que la filosofía india sólo es dogmática y religiosa, creencia que sólo surge de un conocimiento limitado de los textos hindúes. La única forma de superar ese error es estudiando los tratados indios. Y al investigar el pensamiento hindú podremos ver que ellos hacen clara distinción entre una “prueba textual” y un “argumento lógico”. Ambas sustentaciones surgieron porque al existir diversos grupos, ellos no podían dialogar con su adversario basados en la prueba textual, sino en argumentos de razón. En síntesis, existen buenos argumentos para considerar que en la India sí hubo filosofía que tiene semejanzas y diferencias con la de Occidente.

Es interesante hacer relevante lo que otra indóloga nos dice:

“El estudiante...interesado en filosofía encontrará en el pensamiento de la India una masa asombrosa de material que abarca diversas formas de la experiencia humana y todas las categorías de estudios filosóficos formales: ética, metafísica, estética, epistemología, lógica y filosofía de la religión, en sus respectivas ramas.” (Reyna 1977, XII)

Pero sI bien es necesario reconocer áreas temáticas similares a las de Occidente, tenemos que tener presente el valor relativo de las comparaciones con el pensamiento occidental en la comprensión del oriental. Refiriéndose a la filosofía budista, nos dice el orientalista E. A. Burtt que es errado referirse a estas filosofías haciendo referencias a los sistemas especulativos occidentales porque nos veremos frustrados hacia una “comprensión significante”. Dos son los argumentos que nos ofrece:

a) Porque los filósofos occidentales tienen que ser comprendidos dentro del campo de los “presupuestos teórico-científicos que son característicos de la mente occidental” (Burtt 1958, 168). En tanto que la mente budista (e hindú podríamos decir) tienen presupuestos diferentes desde los cuales explora la naturaleza de la bondad, la realidad y la verdad, encaminados hacia una liberación espiritual.

b) Sin embargo, ello no desecha la posibilidad de hacer analogías, pero éstas deben “ser interpretadas a la luz de la diferencia radical de presupuestos que están presente inevitablemente” (Burtt 1958, 168). Esto nos lleva pues a ver las diferencias entre estas dos grandes culturas: la oriental y la occidental.

Características de la cultura oriental
Así como la cultura Occidental —a pesar de sus diferencias— contiene ideas claves que la sustentan, sin que ello signifique que todo en Occidente sea lo mismo, también en Oriente podemos encontrar ideas comunes como las siguientes:

a) Los orientales son cosmocéntricos, es decir, tienen una visión naturalista o una visión metafísica del mundo, mientras la visión occidental es antropocéntrica.
b) Los orientales no le temen a la nada, al no ser, sino que hasta la buscan. La pintura taoísta mantiene un fondo blanco, mientras que la vegetación y los seres humanos aparecen perdidos en la naturaleza, sin formar parte central del cuadro. Los occidentales han construido su mundo en base a la idea de ser, que rechaza el no ser y el vacío.
c) Para los orientales, la vida presente no es definitiva, sino es un eterno retorno, vivimos y volvemos a vivir después de la muerte. Es característico de la India la idea de samsara, la rueda de nacimientos y muertes, es decir, el renacer constante. Eso permite que no asumen su vida con un sentido de angustia y urgencia, sino con provisionalidad y hasta con estoicismo.
d) Lo anterior hace que el oriental anhele dejar de ser, salir de la cadena de construye sus propias ilusiones, liberación o iluminación es lo que busca. Mientras que el occidental tiene un anhelo de supervivencia, de eternidad, de permanecer en el ser.
e) Los orientales nunca descartaron la intuición, la forma noética de percibir la verdad como quería Platón, además de incluir el argumento racional y el criterio de autoridad. A esto se liga la variedad de búsquedas espirituales que se han dado en Oriente, explotando una diversión humana más que otras culturas. Los occidentales modernos siempre han tenido problemas con la intuición y la fe, por eso ellas resultaron sospechosas ante el pensar científico. La consideración por el ser y el argumento lógico lineal han llevado a Occidente a interesarse más por la naturaleza con un método que pretende excluir la metafísica y la espiritualidad.

La filosofía india
Como hindú, Mahadevan nos dice que la filosofía de la India empezó con el Rig Veda, es decir, es tan antigua como el mismo periodo védico que se inicia con la llegada de los indoarios. Que aun siendo “rica y variada”, no puede ser caracterizada fácilmente, porque quizá no pueda ser aplicada a todas las escuelas ni a todos los periodos. Eso mismo es el problema con las opiniones que sostienen que la filosofía india no se distingue de la religión, que tiene una visión pesimista de la vida, que busca el desapego de la vida, que no es progresista, etc., lo cual es una parte con el todo de la filosofía india.

Resumiendo las ideas de Mahadevan, podemos encontrar dos características que atribuye a la filosofía india:

a) Existe una distinción clara entre lo que es filosofía y religión, lo que es una obra filosófica como el Brahmasutra y una obra religiosa como el Bhagavata Purana que es una obra religiosa. Además, tienen objetivos específicos distintos, el de la filosofía es “comprender la naturaleza de la realidad”, mientras el del segundo es la devoción.

b) Sin embargo, tienen un objetivo común, un compromiso vital:

“Que el hombre realice su fin supremo que es liberarse del ciclo de nacimiento y muerte al que se denomina samsara.” (Mahadevan 1991, 15)

Eso hizo que la filosofía india no tenga sólo un interés por comprender, un simple afán de curiosidad, sino que su comprensión estaba dirigida a encontrar el “valor más elevado de la vida”, que en general fue denominado moksha, liberación. En términos de Ruth Reyna, la filosofía no fue “un simple ejercicio intelectual”:

“Todo sistema indio busca la verdad, no como un académico “conocimiento mismo”, sino para aprender la verdad que liberará al hombre.” (Reyna 1977, XX)

Ahora podemos agregar las características que encuentra Ruth Reyna:

c) Existe en la filosofía india una vocación de “universalidad” y un “enfoque ampliamente democrático”. Es decir, la filosofía india es multifacética, porque ha permitido el surgimiento de distintas corrientes de pensamiento conviviendo y hasta fusionándose. Las llamadas escuelas filosóficas de la India, por ejemplo, no deben ser pensadas como escuelas filosóficas occidentales, porque ellas no excluyeron la posibilidad de ser asumidas y de asumir otras ideas, en síntesis, no fueron escuelas sectarias.

d) La diversidad de enfoque esconde una “unidad de perspectiva en su enfoque”:

“Metafísica, religión, ética, epistemología, psicología y axiología no aparecen separadas entre sí, sino que se las trata en su natural unidad como aspectos de una única realidad comprensiva...Esta unidad, esta unicidad, es la nota clave de la filosofía de la India.” (Reyna 1977, XX-XXI)

En este caso, encontramos un elemento común en la motivación que permitió el surgimiento de la filosofía en Grecia y la de la India. En ambos casos hubo una conciencia de la multiplicidad de seres y buscaron el origen común de todo, el principio de las cosas. Una unidad subyacente que les permitiera entender la compleja realidad.

e) Eso nos lleva a la última característica: tiene que ver especialmente con la filosofía india ortodoxa. Es el descubrimiento del Sí mismo (Atman), unidad “independiente e indestructible” que subyace en el interior de la conciencia humana y de todas las cosas. Reyna lo denomina “el logro supremo y característico de la filosofía india”. Aun los sistemas heterodoxos van a tener que pronunciarse a favor o en contra de dicho principio último. Creo que resulta al respecto oportuno recordar las palabras del orientalista italiano G. Tucci:

“El pretexto inicial de esta especulación no han sido las cosas en sí mismas, sino el ansia del hombre de conocerse a sí mismo, de explorar sus potencias y virtudes, de descubrir su subconsciente recóndito y secreto, el principio eterno que se oculta más allá de la sucesión de pasiones y temores que constituyen el fluir de su efímera personalidad.” (Tucci 1974, 36)

Estas dos últimas características son las que tienen mayor relevancia para entender el pensamiento filosófico de la India, las cuales nos pueden servir como ejes interpretativos del pensamiento indio.


Bibliografía
BURTT, E. A. The Teachings of the Compassionate Buda.
New York, Mentor Books, 1958.
HEIDEGGER, Martín. ¿Qué es esto, la filosofía?
Lima, UNMSM, 1958.
HEGEL, G.W.F. Lecciones sobre la historia de la filosofía I.
México, F.C.E., 1977.
MAHADEVAN, T.M.P. Invitación a la filosofía de la India.
México, F.C.E. ,1991.
REYNA, Ruth Introducción a la filosofía de la India.
Buenos Aires, El Ateneo, 1977.
TOLA, F. DRAGONETTI, C. Filosofía y literatura de la India.
Buenos Aires, Kier, 1983.
TUCCI, Giuseppe La filosofía hindú.
Barcelona, Luis Miracle, 1974.

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